Libro Digital La Rebelión de las regiones

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domingo, 5 de noviembre de 2023

LA CAUSA DE LA MEGACRISIS MÁS ALLÁ DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI POR LUIS “BALO” FARIAS

La crisis venezolana tiene su raíz en la obsolescencia de las Constituciones que hemos tenido desde 1819, cuya base centralista se trasladó a la de 1947 y esta, a su vez, en la de 1961 y así sucesivamente hasta llegar a la Constitución de 1999. Todas contienen modelos de desarrollo basados en concepciones de Estados Federales de Poder Centralizado (EFC) en las cuales se les otorga atribuciones de rey (Art. 236 de CRBV y sus 24 ordinales) a los presidentes de la República de turno, con lo cual están en capacidad de controlar al resto de los poderes públicos (Tribunal Supremo de Justicia, Contraloría General de la República, Consejo Nacional Electoral, Defensoría del Pueblo, Fiscalía General de la República etc.) y de ponerlos, al servicio de sus propósitos, sin que existan contra balances efectivos que les obliguen a rendir cuentas y a consultar sus políticas públicas antes de ejecutarlas.

Existen dos clases diferentes de Estado federal, según la cantidad de poder que tengan sus gobiernos civiles, por imperativo de dos principios políticos opuestos: El de centralización del poder: Estado Federal de Poder Centralizado (EFC) y el de descentralización del poder: Estado Federal de Poder Descentralizado (EFD).

Las Constituciones que hemos tenido devinieron político y territorialmente en una Federación de 23 estados y 335 municipios (totalmente dependientes del presidente de la República de turno), federación a la que se le asignan competencias político-administrativas, judiciales y educativas, así como los recursos financieros para acometer y responsabilizarse de manera independiente de sus propios desarrollos.

De igual modo, las Constituciones que hemos tenido establecen una economía de Rentismo Petrolero, de planificación  absolutamente centralizada en el presidente de la República de turno, quien funge, constitucionalmente, como dueño de la petrolera nacional (PDVSA), de su producción (y de los petrodólares que esta genera), de toda la recaudación fiscal (que administra a voluntad sin que medie control alguno), de los minerales del subsuelo así como de sus principales empresas: Corporación Venezolana de Guayana, entre las que destacan: MINERVEN (oro),  SIDOR, FERRO-MINERA (acero y hierro); VENALUM, ALCASA (aluminio), CORPOELEC, e.t.c. lo que produce una sociedad improductiva, subsidiada permanentemente por las rentas del estado y por tanto pobre y dependiente.

Todas las Constituciones que hemos tenido establecen un modelo educativo y de investigación centralizado, que configura un inmenso amasijo de instituciones de educación (inicial, básica, secundaria, universitaria y de investigación), que marcha sin orden ni concierto. Lo mismo ocurre con las filosofías educativas y diseños curriculares, a los que se les contamina con doctrinas políticas, culto a personalidades y metodologías de enseñanza de aprendizaje arcaicas, conductistas, que en nada favorecen la consolidación de la identidad nacional, ni regional, como tampoco la auto-suficiencia educativa, científica, tecnológica ni mucho menos de investigación. Bajo este panorama, no aparecen debidamente articulados los actores del hecho educativo, esto es: padres, alumnos, comunidad civil y comunidad empresarial.  El resultado neto es que la educación y la investigación pura y aplicada son un verdadero desastre.

Todas las Constituciones que hemos tenido establecen modelos centralizados para la administración de Justicia, para la seguridad social, las FFAA seguridad pública, cárceles, infraestructura parques, reservas hídricas, etc., con los mismos resultados de fracaso, destrucción, corrupción, miseria y atraso.

Las Constituciones  que hemos tenido contienen un modelo de Estado centralista, heredado y copiado del estado federal de poder centralizado colonial español, el cual fue útil y necesario en su versión Centralista militar, Bolivariana  y Gomecista, para consolidar la República y fue también útil y necesaria en su forma Centralista para comenzar la primera fase democrática que constituyó en su momento la democracia representativa de partidos políticos; y fue igualmente   útil hasta aproximadamente cerca de la década de los 80 (fecha en que el centralismo cumplió su ciclo de vida), cuando se  iniciaron  (aunque no se  culminaron) los cambios estructurales referidos a la descentralización que, en aquel momento histórico, reclamaba el país (así, el viernes negro constituyó el primer aviso de que "las cosas en Venezuela no venían bien"); y finalmente, a partir del año 1999, cambio a un Estado Federal Centralista Totalitario, Autocrático, Neo-dictatorial, y Comunista que es la fase terminal agonizante de este modelo cuya característica mas resaltante es la concentración de poder ilimitado en una cúpula que conduce a la devastación que hoy vemos y sufrimos, nada nuevo en la historia de la humanidad ya que el primer caso que se conoce es el del Rey Hammurabi 1776 años a. C, quien creo el imperio Babilónico bajo este modelo de concentración de poder, y el mismo modelo termino destruyendo su imperio.

Tenemos así, como causa principal de la crisis venezolana, la perpetuación del modelo centralista, su estructura y modo de funcionar transformo a los venezolanos en una sociedad subsidiada por la renta petrolera, lo que le permite a los presidentes de la República, limitar el crecimiento y el desarrollo de los 23 estados, 335 municipios y a sus ciudadanos, a los que constitucionalmente debería proteger; todo ello demuestra su agotamiento y su obsolescencia estructural irreversible.

Al crecer el país y sus problemas, particularmente la pobreza, el centralismo se reveló como incapaz para conducir el desarrollo de la sociedad venezolana hacia la etapa superior de la democracia: El Estado Federal de Poder Descentralizado (EFD), susceptible de generar, bienestar social, alta calidad de vida y progreso sostenible.

El Centralismo   ya agotó su vida útil, No podía ser eterno, cumplió su ciclo.  Esto paso a ser un problema de carácter estructural a resolver, que no se arregla con el simple cambio de un gobierno por otro o de un presidente por otro, Tenemos que “pasar de un modelo a otro” (del EFC al EFD ).

La tarea de nuestra líder María Corina Machado es fundamental al asumir el tránsito entre el modelo centralista fallido y obsoleto y el exitoso Modelo Federal descentralizado que nos oferta y con el cual se manejan y administran los países más desarrollados del mundo, va en la línea correcta porque de no ser así, solo cambiaríamos a un presidente por otro y las consecuencias serian las mismas de Nicaragua con Daniel Ortega o Argentina con los Kirchner, regiones donde se logró sacarlos con votos, Los lideres Violeta Chamorro y Macri no asumieron esos grandes retos y a la vuelta de pocos años “los malos” regresaron y allí los están subyugando.

Otra Venezuela es posible, solo debemos asumir sin miedo y con determinación el GRAN CAMBIO que requiere nuestra Nación.

Luis Farias – La Rebelión de las Regiones Somos Todos

viernes, 3 de noviembre de 2023

EL FEDERALISMO: UN NUEVO RÉGIMEN POLÍTICO PARA VENEZUELA* por Luis "Balo" Farias

El Parlamentarismo una visión de futuro para la Democracia Venezolana*.

Hay que considerar la posibilidad de proponer al país una Nueva Visión de futuro para la Democracia Venezolana. Además de formular una propuesta política unitaria y detallada en el corto plazo, se requiere plantear una renovada concepción de la Democracia como lo viene ofertando la amiga y candidata oficial después de las primarias del 22 de octubre, Maria Corina Machado: en el preámbulo de su programa decreta, cito: "..._*Venezuela será una República Federal, Liberal, Democrática, Moderna y Próspera*_, que estará a la vanguardia en la defensa de la libertad en la región y será modelo a seguir en cuanto a la promoción de la innovación, la participación ciudadana y la igualdad de oportunidades para todos los habitantes de esta Tierra de Gracia".

Los ciudadanos al mismo tiempo de preocuparse por el presente, exigen conocer hacia dónde se dirige la vida nacional. Se preguntan: ¿Cuál es la Visión de Futuro que se puede ofrecer a los Venezolanos? La respuesta es proponer cambiar el actual sistema político presidencial por un sistema parlamentario, que ponga a los venezolanos a vibrar con la idea de una profunda renovación democrática y que permita enrumbar la vida política por un camino seguro, estable y exitoso.

El Parlamentarismo como Visión de futuro para la Democracia puede tener una gran penetración social y ciudadana, tanto en el mundo popular venezolano como en vastos sectores de la clase media. Para el mundo popular el Parlamentarismo significa la profundización de la democracia representativa, la idea del pueblo ejerciendo el poder político en una legítima asamblea representativa, la discusión, el debate, la dirección colectiva del gobierno y de los asuntos públicos. Para la clase media el Parlamentarismo significaría, además, disminuir, significativamente, la presencia del personalismo, del caudillismo y de los cogollos en la vida política. Y, para el conjunto de la sociedad, el Parlamentarismo sería el instrumento institucional para hacer realidad cacareado Estado Democrático y Social de Derecho y Justicia previsto en la constitución como letra muerta que no se cumple, y, muy importante, el instrumento que permitiría darle sostenibilidad política al modelo de economía de libre mercado, también ofertado como propuesta presidencial.

Nosotros nos hemos apartado de la manera como han reaccionado otros países de América Latina, cuando han enfrentado dificultades y trastornos políticos similares a las nuestros y que han desembocado en guerras civiles y en crueles dictaduras militares. Los demócratas de este país, a pesar de las dificultades, estamos luchando para que en Venezuela no se reproduzca la violencia política que ha caracterizado nuestra historia y la de América Latina. Con una manera muy nuestra del comportamiento político, a la venezolana, se está tratando de evitar entrar en una etapa de violencia y terror, por ello, se requieren: 1) una Visión de futuro que funcione como estrategia para salir de la situación política en que nos encontramos y 2) al mismo tiempo evitar la violencia. Las dos cosas van unidas, una no puede funcionar sin la otra, ya que, el futuro que queremos es la clave para salir de la dramática situación actual. Exigimos pues, impulsar un Gran Cambio que realmente sea trascendental en nuestras instituciones políticas, que le dé un giro a la historia nacional, que impida que la violencia se desate en esta tierra y que permita que nuestro pueblo pueda, de nuevo, confiar en las instituciones y reencontrarse con la Democracia.

Este pueblo venezolano tiene un conjunto de elementos básicos de cultura democrática que han tratado de destruir durante años, con un discurso de odio, calumnia, engaño y mentira. A pesar ello, medio país está sordo ante los incesantes llamados para acabar con la Democracia y la Libertad, sin embargo, la otra mitad del pueblo ha ido perdiendo la confianza en la Democracia, debido a la epidemia de autoritarismo y corrupción que se ha ido extendiendo, producto heredado de las difíciles y confusas circunstancias de una estructura política autoritaria presidencial que se ha incrustado dentro de la Democracia.

Quienes nos gobiernan constituyen un grupo que se hizo con el poder consecuencia del agotamiento del Modelo de Estado Centralista y presidencialista de Poder ilimitado y en medio de unas situaciones históricas y políticas determinadas y se mantienen en el poder exacerbando un comportamiento autoritario, con un desenfrenado populismo que maneja de manera irresponsable el gasto público para manipular al pueblo y con un amañado respaldo electoral.

Se ha generado un deterioro de la fortaleza Democrática de nuestro pueblo y esa realidad demanda un Gran Cambio y particularmente creemos que le llegó el momento a la Democracia Parlamentaria como mecanismo de innovación politica.

¿Seremos capaces de tomar ese camino o esperaremos a profundizar aún más la crisis? No hacerlo nos conduce al ejemplo de Violeta Chamorro que "sacó" del poder a Daniel Ortega con votos, no asumió su compromiso histórico de impulsar los cambios que requería Nicaragua, y el hombre volvió y allí los esta mal gobernando de nuevo, otro ejemplo cercano es Macri en Argentina con los Kirchner.

Vienen tiempos de cambio, y debemos aprovecharlos para bien de la República.

Luis “Balo” Farias

*Tomado y reformado del obsequio que hizo el Dr Amando Mejia Betancourt para el encarte de nuestro libro La Rebelión de las Regiones Somos Todos