Todo empezó con una mujer. Y esa mujer, nacida el 3 de mayo de 1849, era Bertha Benz, la esposa de Carl Benz, el ingeniero alemán considerado el inventor del automóvil. Bertha ha pasado a la historia por llevar a cabo un viaje de ciento ochenta kilómetros, entre Mannheim y Pforzheim, en Alemania, a bordo del vehículo que había creado su marido, el Benz Patent Motorwagen. Corría el año 1888 y ese primer viaje, considerado de larga distancia para la época, a bordo de un automóvil a motor, fue uno de los grandes hitos de la historia de la automoción.
Bertha era una mujer atípica, muy alejada de los convencionalismos de su
época. Estudió todo lo que se
permitía estudiar a una mujer en aquellos tiempos y aprendió mecánica junto a
su padre en el taller familiar. Con el dinero de su dote, y
desoyendo los consejos de su familia, financió el proyecto de su esposo Carl y
se convirtió en socia de su empresa con efectos no oficiales, ya que en esa
época una mujer no tenía derecho a dirigir un negocio. Tras años de duro y arduo trabajo, en 1885
Carl terminó su primer vehículo: un carruaje a motor. Por fin, en
noviembre de 1886 obtuvo la patente para su automóvil de tres ruedas con un
motor de tracción trasera.
Con el dinero de su dote, y desoyendo los consejos de su familia,
financió el proyecto de su esposo Carl y se convirtió en socia de su empresa.
A pesar del entusiasmo con el que los Benz iniciaron el proyecto y de
que parecían tener el éxito asegurado, la cosa pareció entrar en un callejón
sin salida. Nadie quería comprar
aquel artefacto; curiosamente, en aquel entonces la gente no estaba interesada
en un invento que años más tarde revolucionaría la sociedad. Carl
empezó a desmoralizarse y sopesó la idea de abandonar la comercialización de su
invento. Pero nuevamente surgió la figura de su socia y esposa, Bertha. Dispuesta a demostrar al
mundo que el Benz-Patent Motorwagen iba a marcar el futuro del
transporte, hizo algo que podía
considerarse casi un delito para una mujer en 1888: tomar una decisión sin el
permiso de su marido. Bertha, junto a sus dos hijos, emprendió un
viaje conduciendo el prototipo. Antes de partir, dejó una nota a su marido en
la que escuetamente le decía: "Vamos a Pforzheim a ver a la abuela".
Aunque el objetivo de Bertha era demostrar al mundo la utilidad de aquel
invento, sin proponérselo se
convirtió en la primera mujer en conducir un automóvil.
Pero el viaje de Bertha no estuvo exento de dificultades. Durante el recorrido tuvo que hacer varias
paradas tanto para repostar Ligroína, un derivado del petróleo que sólo se
podía encontrar en las boticas, como para solicitar la ayuda de un
herrero para reparar una cadena de transmisión rota. Además, ella misma hizo varios arreglos con
los medios que tenía a su alcance: desatascó
una válvula obstruida con un alfiler de su sombrero, cubrió un cable eléctrico
pelado con una liga y arregló el sistema de ignición con una pinza del pelo. Bertha
encontró una solución para cada una de las dificultades que le planteó el
viaje, llegando incluso a tener que empujar el automóvil durante varios
kilómetros cuando se quedó sin combustible.
Bertha encontró una solución para cada una de las dificultades que le
planteó el viaje, incluso tuvo que empujar el automóvil varios kilómetros
cuando se quedó sin combustible.
Tras doce horas de viaje, Bertha y sus dos hijos llegaron por fin a su destino, donde la prensa pronto se hizo eco de la hazaña dado el revuelo que causaba aquella máquina cuando atravesaba las poblaciones. La publicidad que necesitaban los Benz estaba garantizada. Asimismo, gracias a las diversas incidencias que surgieron durante el recorrido se pudieron hacer mejoras en el vehículo y se concibieron nuevos dispositivos que se convertirían, a la postre, en imprescindibles para los automóviles actuales. Uno de esos dispositivos fueron las pastillas de freno que Bertha inventó al añadir a los débiles frenos de madera unas suelas de sus zapatos.
La vuelta tampoco estuvo exenta de inconvenientes. Con la experiencia de la ida, Bertha
planificó perfectamente el regreso para que éste pasara por farmacias, fuentes
y lugares donde poder reparar los componentes del coche en caso de que
fallaran, como había sido, en la ida, una herrería. A su llegada a
a Mannheim, la publicidad del invento se disparó de manera espectacular. La
mayoría de la gente se asustaba al ver pasar aquel coche sin caballos que
tirasen de él, pero gracias al boca a boca, la popularidad del invento y del
inventor crecieron enormemente. El objetivo de Bertha estaba más que cumplido.
La mayoría de la gente se asustaba al ver pasar aquel coche sin caballos
que tirasen de él.
Bertha Benz se convirtió, de esta manera, en
la primera persona en realizar un viaje en coche. Hoy en día se puede
seguir la ruta que siguió desde Mannheim hasta Pforzheim, y su regreso
posterior. Esta ruta es conocida como la "Bertha Benz Memorial Route". Es
un trayecto de 194 kilómetros, los mismos que recorrió en 1888 la intrépida
Bertha. Durante la ida, es posible hacer una parada en la farmacia de Wiesloch,
donde un monumento recuerda la hazaña. El regreso es mucho más corto, siguiendo
el curso del Rin. La ruta atraviesa la Selva Negra, pero quizás el punto más importante para cualquier
entusiasta del automovilismo es su paso por el circuito de
Hockenheimring, donde en la actualidad se celebra Gran Premio de
Alemania de Fórmula 1 y el de GP2.
El éxito del viaje de Bertha Benz no sólo
impulsó la carrera de su marido, sino que también contribuyó a que otros
inventores, como Daimler, siguieran investigando y desarrollando el prototipo.
En pocos años, el invento se desarrolló de tal manera y se hizo tan popular que
enseguida se disputaron carreras por todo el continente europeo y
posteriormente por todo el mundo. Y
todo gracias a la decisión y atrevimiento de una mujer: Bertha Benz.
El éxito del viaje de Bertha Benz no sólo impulsó la
carrera de su marido, sino que también contribuyó a que otros inventores, como
Daimler, siguieran investigando y desarrollando el prototipo. En pocos años,
el invento se desarrolló de tal manera y se hizo tan popular que enseguida se
disputaron carreras por todo el continente europeo y posteriormente por todo el
mundo. Y
todo gracias a la decisión y atrevimiento de una mujer: Bertha Benz. (Esta historia
fue tomada de la red)
Reflexiones de
Luis "Balo" Farías: Quise tomar este ejemplo que nos da la actitud de emprendimiento
de la Sra. Benz y su esposo, para abrir los ojos y hacernos entender que los
venezolanos, tenemos todo lo que se requiere para que el país avance a un
estadio superior de desarrollo social, y que para lograrlo, debemos cambiar el
nefasto modelo de estado centralista que permite que “desde caracas cuatro gatos” tomen
decisiones que perjudican el crecimiento y emprendimiento de las regiones y el
desmejoramiento de la calidad de vida de todos los venezolanos.
Queremos que vean a La rebelión de las regiones
somos todos como una estrategia de lucha que despierte
la conciencia de la «regionalidad» en función de una unión democrática,
señalando todo lo que un Estado independiente y autónomo puede lograr.
Que construya sus propios medios de avance y transformación, su
infraestructura, su aprovechamiento de ventajas comparativas, la
disposición de sus gentes a concebir el futuro y convencerse de que van a
asumirlo como propio, ganándole «al de al lado», que compita con
productividad y acierto. Así se sustituirá la debilitada sumisión de la
«provincia» a los dictámenes de las tribus gobernantes de cuatro gatos en
la capital, donde en cada una se esconde un «caudillo» que requerirá la paz y
el silencio de «los demás» para tomar para sí absolutamente, el poder
absoluto de la Colonia con disfraz democrático.
¿Tenemos que seguir viviendo de la «distribución infame» de la renta petrolera? ¿Tenemos que seguir siendo exportadores de materias primas y continuar dependiendo de quienes nos las transforman? ¿Sabe la gente de la Guayana venezolana, del estado Bolívar lo que se hace con la bauxita, el hierro, el agua y las tierras que les son propias? ¿Sabe que esos recursos son negociados por gobernantes, a distancia, que no tienen por qué quererlas ni desarrollarlas, ni transformarlas, para enmarcarse en una competencia con el mundo entero a base de productividad? ¿Sabe la gente del Zulia todo lo que ganarían transformando en fibras sus hidrocarburos y «metiéndose» en el mundo de los textiles sintéticos? ¿saben los tachirenses lo que se impulsará la economía regional si hacemos de nuestro estado frontera el Clusters de los sistemas de transporte masivo aerosuspendidos-SUBA para surtir a toda América de transportes masivos livianos, inteligentes, competitivos y hechos en casa?
Si hacemos un análisis con nuestros propios
recursos humanos de cada uno de los estados de nuestra República,
incluyendo a los estimados convencionalmente como «atrasados»,
encontraremos una potencialidad increíble de desarrollo que nos
permitiría descubrir cómo es que tenemos que actuar para despedirnos del
petróleo.
La rebelión de las regiones somos todos debe crear una matriz de opinión generalizada
en cada uno de los Estados, en favor de su autonomía productiva y a
través de una democracia verdaderamente parlamentaria, donde las
autoridades sean escogidas por «los representantes de las regiones» y no
«por el dedo» criminal e irresponsable del autócrata de turno.
Todo está escrito en La rebelión
de las regiones somos todos (Spanish Edition) por Amazon.com Más información: https://www.amazon.com/dp/B099TLJMZF/ref=cm_sw_em_r_mt_dp_E3WRDBHQZMS6SJX7KDGR
los invitamos a leer y a ser
parte de esta historia
Atte. Luis “Balo” Farías
Muy bien Dr. Farias lo felicito por su perseverancia e insistencia por cambiar nuestro sistema de gobierno. Lamentablemente los políticos que "nos presiden" sólo velan por sus intereses personales y /o partidista sin importarles las necesidades y sufrimientos de los ciudadadnos. Yo estoy segura que más temprano que tarde saldremos de esta pesadilla y veremos el renacer de muestra amada Venezuela, ya saldrán los nuevos(as) líderes que haremos posible la nueva Venezuela.
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ResponderEliminarSaludos Dr Farías, excelente mensaje, usted es un luchador incansable y con mucho talento, mis respetos y un fuerte abrazo...seguimos luchando por la libertad y desarrollo moral, político, económico y social de Venezuela.. bendiciones
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