Artículo de opinión de libre divulgación en redes sociales, publicado el 18 de octubre de 2021
Retomando el artículo anterior, expresamos que la raíz de todos los males que aquejan nuestro país, puede estar centrada en los excesos del presidencialismo y en el agotamiento del actual modelo de gobierno imperante (Democracia Presidencialista); lo que obliga a estudiar y analizar otra alternativa que dentro de un esquema eminentemente democrático, permita realizar nuestro proyecto de país. En este sentido y para ser comparados, se mostraron algunos modelos de Estado adoptados por diferentes países del mundo.
A las primeras de cambio, de los modelos de Estado analizados, consideramos que el que más llena las expectativas y aceptación de los venezolanos demócratas es la Democracia o Gobierno Parlamentario. De ahí que para ilustrar mejor su conocimiento, se presentaron algunas de las características más resaltantes que el modelo implica.
Ahora bien, sea cual fuese el modelo de Estado que se quisiere imponer, llegado el caso, incuestionablemente este tendría que ser sustentado y amparado en un nuevo texto Constitucional. Lo que precisa a redactar con la máxima amplitud y sapiencia su contexto; discutir, promover y ser sometido a un proceso legislativo mediante la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente Originaria, la que al aprobarlo y publicarlo consolidará el nuevo modelo de gobierno dándole vigencia absoluta que obliga su estricto cumplimiento. Ocasión esta, para incorporar en su texto las recomendaciones contenidas en el Libro Proyecto País (pág. 123 al 127), referidas a la división de poderes, retomar el sistema bicameral (Diputados y Senado) que se mantuvo hasta finales de 1998, por lo que, entre otros fundamentos Venezuela tenga un Estado Federal Democrático y Descentralizado que garantice las autonomías regionales como forma de gobierno para asegurar la mayor participación ciudadana en la ejecución y control de los actos públicos.
Debemos entender que desde el mismo comienzo del gobierno del socialismo del siglo XXI, “Venezuela se encuentra en un situación de conflicto, como consecuencia de la intención que han tenido los gobernantes de imponer criterios económicos, sociales, políticos ajenos a la idiosincrasia del venezolano…”
El eventual cambio que pudiera darse de un Estado Presidencialista a una Democracia Parlamentaria, es una alternativa viable que en principio no fue considerada por los autores del Proyecto País, pero perfectamente y sin inconvenientes puede ser asimilada.
Adoptar un nuevo modelo de Estado en Venezuela, dejando atrás la Democracia Presidencialista, asumiendo así el modelo de Democracia Parlamentaria o Gobierno Parlamentario, resulta una interesante alternativa salvadora e inteligente que bien merece ser considerada en todos los niveles y sectores de la comunidad nacional. El proceso evolutivo de las democracias avanzadas se ha caracterizado por el desarrollo de una fuerte economía diversificada con orientación hacia el mercado internacional, la estructuración de un Estado fuerte comprometido activamente en el impulso del progreso económico y social, y el establecimiento y maduración de las instituciones políticas que sirven de base al proceso democrático.
A la fecha de hoy, Venezuela se encuentra en estado de atraso -luego de más de dos décadas perdidas- en tres áreas consustanciales al proceso de desarrollo.
Ya en artículos anteriores al presente, se han venido señalando y apuntando soluciones y acciones que deben ser tomadas en un nuevo gobierno democrático y progresista. A las reformas económica, educativa y de seguridad social consideradas, se debe agregar la necesidad de impulsar profundos cambios estructurales en nuestro sistema político para reconstituir nuestra democracia, profundizarla y recuperar su legitimad, y para crear y adoptar un nuevo modelo de Estado fuerte y dinámico, capaz de convertirse en auténtica palanca para el desarrollo de la sociedad venezolana. Esperanza posible a través de un Estado o Democracia Parlamentaria.
Avanzar con decisión en la reforma integral del Estado venezolano es punto clave. Además de la reestructuración económica y la modernización del sistema político, el gran reto de los años por venir para los nuevos gobiernos venezolanos está en la instauración de un Estado eficiente, comprometido con el desarrollo integral del país a través de una acción totalmente divorciada del clientelismo y caracterizada por la excelencia en los ámbitos educativo, salud, seguridad social y ciudadana, defensa nacional, justicia, inversiones infraestructurales y del manejo institucional de la política económica.
Que este análisis, propuesta y reflexión sea asimilado y considerado con especial interés por los compatriotas y residentes en el país, significa un gran logro y más aún, si manifiestan su parecer.
*Doctor en Cooperación Internacional, Integración y Descentralización: Los Desafíos del Desarrollo Internacional
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